Las Ursulinas están presentes en Bolivia desde 2009. “En Oruro fundamos nuestra primera comunidad boliviana. Residimos en la periferia de la ciudad, donde viven muchas familias pobres. La iglesia más próxima está muy lejos, por lo que los creyentes lo tienen difícil a la hora de participar en la catequesis, recibir los sacramentos y participar en la vida parroquial”, nos cuenta la Hna. Anna Grazyna Malecka, Superiora de la pequeña comunidad de tres religiosas.

Esta pequeña comunidad religiosa, al igual que las demás numerosas órdenes femeninas en Bolivia, mantienen con vida la labor pastoral y parroquial, y exoneran a los pocos sacerdotes. Son ellas las que visitan los hasta cien pueblos aislados de la parroquia: sin su servicio, la iglesia local no podría ocuparse de numerosas comunidades de creyentes. Es este un servicio que el sacerdote no puede desempeñar.

Las Ursulinas apoyan a las familias en la educación de los niños tanto religiosa como social: celebran la Liturgia de la Palabra e imparten la catequesis y cursos de preparación. Además, rezan con las familias y las ayudan a resolver todo tipo de problemas, cuidan a enfermos y promueven el desarrollo escolar e integral de los niños. Dos de estos diligentes ángeles visitan periódicamente la cárcel municipal, donde muchos niños viven con sus madres presas porque carecen de hogar y no pueden vivir solos.