Los residentes y los voluntarios están haciendo lo posible para que los niños no pierdan la escuela y continúen su educación.
Su donación será útil porque servirá para reactivar la presencia de la iglesia en las zonas más afectadas del país, y así, enfrentar los gastos inmediatos como la adquisición y distribución de lonas de plástico para los que se quedaron sin casa.