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La guerra me ha puesto a prueba.

La hermana Samia, además de coordinar la catequesis, trabaja en un centro de atención a niños con discapacidades intelectuales: “Siempre hemos tenido proyectos con la fundación pontificia ACN Ayuda a la Iglesia Necesitada, incluso durante la parte más cruenta de la guerra. Mayores y niños están necesitados de una palabra de esperanza y quieren profundizar en la fe. Los niños vienen a la iglesia y además son exigentes. Durante el verano, por ejemplo, hemos tenido varios campamentos para los jóvenes, que dan esperanza a muchas personas. Esto nos anima.” 

Gracias a la ayuda de muchos benefactores en todo el mundo ACN ha podido apoyar más de 35 cursos y programas de pastoral para jóvenes y niños en diferentes partes de Siria. ¡Las religiosas cuentan contigo!