El consuelo de muchos puede estar en tus manos.

El consuelo de muchos puede estar en tus manos.

“La misión del sacerdote en la iglesia es insustituible. Por lo tanto, aunque en algunas regiones haya escasez de clero, nunca ha de ponerse en duda que Cristo sigue suscitando hombres que, como los Apóstoles, dejando cualquier otra ocupación, se dediquen totalmente a celebrar los santos misterios, a la predicación del Evangelio y al ministerio pastoral” (Papa Benedicto XVI).

 

Y esta es una de las principales preocupaciones del Papa Francisco desde el inicio de su pontificado: la formación de los futuros sacerdotes. Cada seminarista bien formando impacta directamente en las condiciones sociales de las comunidades más necesitadas. 

ACN, Ayuda a la Iglesia Necesitada, tiene como objetivo ayudar las diócesis donde los seminarios están con más dificultades, principalmente en América Latina donde hay muchas vocaciones y poco recursos. 

En Perú, en la zona rural y, sobre todo, en los Andes, la población mayoritariamente indígena viven en la pobreza. Pero allí hay muchas vocaciones, que son el tesoro de la iglesia.

Seminaristas del seminario Nuestra Señora de Guadalupe

En el Seminario Mayor de Nuestra Señora de Guadalupe, en el altiplano de Chucuito, los seminaristas se preparan para la ordenación. Para ello no solo estudian Teología y Filosofía, sino que los fines de semana acuden a los pueblos, imparten la catequesis, visitan a enfermos y personas que viven solas, y se ocupan de los jóvenes.

“Aprendemos a servir”, dice Wilber Sucapuca Jaila uno de los seminaristas, “e intentamos saciar el hambre de Dios de la gente”.

 

Los sacerdotes son artífices de paz por excelencia. A través de los sacramentos y, sobre todo, a través de la Eucaristía hacen posible una vida personal con Dios y un diálogo del hombre con su Creador. 

Nosotros podemos y debemos auxiliar a estos jóvenes en su formación para que ellos puedan alcanzar a esta gran meta para sus vidas y hacer bien para todos a su alrededor. 

¡Únete a esta campaña! Tu generosidad es la esperanza de muchos que necesitan de la palabra de Dios y el consuelo de los sacramentos. ¡Sostener las vocaciones en Perú como en muchos otros sitios alrededor del mundo es sostener el futuro de la iglesia y hacer parte de las misiones!

Los seminaristas y sacerdotes agradecen rezando por ti y por tu familia.