La escasez de comida en Venezuela está provocando un gran impacto en la salud de los venezolanos, los casos de anemia se han triplicado en los últimos años.
Gabriela no habla, casi todo el tiempo está callada. A veces suelta algunos gruñidos. Hasta ahora, con un poco más de un año de edad, apenas consigue pronunciar la palabra “mamá”.
La pequeña niña de ojos negros tampoco camina y casi nunca gatea. Pasa la mayor parte del tiempo quieta, con la mirada perdida en el horizonte.
Cuanda el hambre viene fuerte, es entonces que Gabriela se pone a llorar. Un llanto bajo, tímido, casi sin voluntad. “Es siempre así, queda todo el tiempo callada, ha salido muy débil”, dijo Yosmelli Loures, de 23 años, la madre de Gabriela.
Es mañana de sábado, Gabriela tiene hambre. Madre e hija están a casi 24 horas sin comer. Esperan ansiosas por una sopa comunitaria que la iglesia local está preparando para los moradores más carentes de la pequeña comunidad de Cua, localizada en el corazón del Valle del Tuy, un aglomerado de pequeñas ciudades dormitorios que se encuentra a unos 50 kilómetros de Caracas.
“Será la primera vez que vamos comer carne en meses”, cuenta Loures, mientras intenta controlar la agitación del hijo mayor, Martín, de cuatro años. El niño al contrário de su hermana tiene más energía, esto a pesar del ayuno de casi un día. “Ellos ya están acostumbrados, a veces pasamos dos días sin comer nada, solo agua”, dice ella sin disimular la vergüenza en contar la situación de penuria en la que vive. “Los cuido, pero está difícil”, completa la joven madre.
El papel de la iglesia está siendo fundamental no solo por las acciones humanitarias que cada comunidad local desarrolla, pero también en acudir espiritualmente a todos aquellos que buscan por una palabra de esperanza.
En medio de la situación difícil que pasan los venezolanos hay muestras de fe increíbles; las personas más humildes ayudan mucho y entienden la importancia de apoyar los sacerdotes y religiosas, que también son víctimas del caos en el país.
La iglesia en Venezuela necesita de tu apoyo, necesita de tu solidaridad para continuar la labor espiritual y humanitaria que lleva a cabo por todo el país.
Decía Santa Teresa de Calcuta que: “Al final de la vida no seremos juzgados por cuántos diplomas hemos recibido o cuánto dinero hemos conseguido. Seremos juzgados por: tuve hambre y me disteis de comer. Estaba desnudo y me vestiste. No tenía casa y me acogiste”.
ACN, Ayuda la Iglesia que Sufre, es una fundación católica de derecho pontificio que apoya y ayuda a millares de proyectos humanitarios y espirituales que la iglesia católica desarrolla en favor de los más necesitados.
Apoye la Iglesia necesitada en Venezuela, sus sacerdotes y religiosas necesitan de tu ayuda.
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