El pueblo venezolano atraviesa una gran dificultad material y espiritual. La falta de alimentos y de las necesidades más básicas han llevado a muchos al desespero.
Hoy los sacerdotes y religiosas, a imagen de Nuestro Señor Jesucristo, son las personas que llevan esperanza y consuelo a muchas familias que buscan sobrevivir en medio de la miseria a la que ha llegado el país.

“Padre, no tenemos comida, ayúdanos”; dice una niña… “Hermana, nos falta casi todo… solo contamos con el amor de Dios y el amparo de la Iglesia…”; dice un señor que apenas podía caminar.
Como una madre la iglesia llora al ver sus hijos sufriendo; intenta responder a la crisis con caridad y consuelo espiritual para que los venezolanos sigan teniendo fe y esperanza.

Compartiendo los mismos males que sufre su pueblo, y enfrentando los mismos retos para su própria subsistencia, la Iglesia no deja de socorrer al pueblo venezolano que pide ayuda desesperadamente.
Es de extrema urgencia que los católicos, hombres y mujeres de fe, hagan todo el esfuerzo para ayudar los misioneros en Venezuela. El pueblo venezolano necesita a la Iglesia y la iglesia necesita de tu apoyo para mantener sus proyectos humanitarios y labores espirituales.
Unámonos a la iglesia orando y apoyando a los sacerdotes y religiosas que necesitan de tí para dar continuidad a sus labores misioneras en Venezuela. Tu ayuda es de extrema urgencia.
Cuando ayudes a alguien, hazlo dando gracias a Dios, pues la vida te ha puesto en el lugar del que da y no en el lugar del que necesita de la ayuda.