Madres y niños luchan por sobrevivir en un país destrozado por la guerra. ¿Qué hacer, a donde ir?

Madres y niños luchan por sobrevivir en un país destrozado por la guerra. ¿Qué hacer, a donde ir?

Michael, el marido de Rasha Drazy, cubría la ruta desde el Valle de los Cristianos a Damasco. Un día fue alcanzado por un francotirador y murió en el acto. Ella, además de quedarse sin su joven marido, perdió el soporte económico para mantener a su familia. Madre de dos hijos, se encontraba frente a una terrible situación nada más empezar el conflicto armado.

“Vivíamos en Damasco, vinimos a Marmarita huyendo de los bombardeos diarios sobre la capital. Llegamos aquí en 2012 y a los pocos meses mi marido fue asesinado”, cuenta Rasha con una mirada de profundo dolor que hace entrever todo lo que ha vivido a pesar de lo joven que es. Junto a ella están sus hijos Michael de 10 años y Rachel de 8. “La vida antes de la muerte de mi marido, ya era difícil. Los niños tuvieron que dejar el colegio porque estaba cerrado por la guerra. Salimos adelante con los pocos ahorros que guardábamos hasta que Michael encontró un nuevo trabajo”.

El reto titánico de madres y viudas contra toda una guerra
Rasha Draizy con sus hijos:  Michael Sallom and Rachel Sallom

Historias como esta se repiten en todo el país. El desgarrador testimonio de miles de mujeres – madres coraje -que han perdido a sus hijos y maridos por la guerra, quienes no sólo pierden a sus seres queridos, sino también el motor de la economía familiar.

Es también la historia Darin Abboud, recientemente viuda. Su marido falleció recientemente después de sufrir un derrame cerebral incurable dos años antes. “Yo trabajo como autónoma, a veces como peluquera, otras en el campo recolectando frutas y verduras. Todo lo que sea necesario para mantener a mis hijas”, comenta esta madre de  38 años. “Mis cinco hijas son la motivación de mi vida, mi felicidad es que ellas sigan estudiando, consigan un trabajo y sean felices”.

El reto titánico de madres y viudas contra toda una guerra
Darin Abboud con sus cinco hijas

La mayor de todas es Maya, tiene 18 años y está finalizando los estudios previos a la universidad, aunque todavía no sabe qué quiere estudiar. Le siguen Maram y Mary, gemelas de 12 años y muy buenas cantantes: “Hemos aprendido a cantar en el coro de nuestra parroquia, nos encanta cantar allí”. Mirna es la cuarta de las hermanas y recita preciosas poesías de memoria, en un árabe que suena dulce y delicado. Por último está Meriam, la más alegre y revoltosa. Todas forman un hogar en el que el recuerdo de su padre aún no ha borrado las ganas de vivir.

Siguiendo la misión del Evangelio de consolar a los más pobres e indefensos, la Iglesia local, gracias al apoyo de la fundación ACN (Aid to the Church in Need), ayuda a estas mujeres, viudas y madres a seguir en el camino de la fe y esperanza.

“La ayuda que recibimos de la parroquia es muy útil para nuestra casa. Es verdad que nuestros vecinos y familiares nos han apoyado mucho – afirma Darin– pero sin el soporte económico de la Iglesia no sé qué sería de mí y mis hijas”. Reconoce que su comunidad parroquial les ha arropado desde la muerte de su marido y hasta día de hoy no les ha faltado nada.

“Las personas que nos están ayudando, están cambiando las vidas de muchas familias. Especialmente les digo a aquellos que nos ayudan sin conocernos que sois un gran testimonio de generosidad. Muchas gracias.”

Aid to the Church in Need (ACN) lleva ayuda en Siria desde el 2013 a miles de familias que han buscado refugio de la guerra en el llamado Valle de los Cristianos. Gracias a la generosidad de muchos benefactores en todo el mundo ACN ha podido apoyar 20 proyectos para bonos alimenticios, cuidados médicos, becas de estudio para niños y jóvenes así como ayudas a los alquileres de las familias más vulnerables.

 

Tú también puedes hacer la diferencia en la vida del pueblo sirio, tu ayuda es fundamental para la sobrevivencia de millares de familias que buscan en estas Navidades amor, paz y esperanza.

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