Sin empleo los venezolanos no tienen dinero para comprar comida y, por lo tanto, no tienen cómo alimentar a sus seres queridos, los niños, población históricamente más vulnerable.
La deserción escolar es una consecuencia palpable del hambre, cada día aumenta el número de niños que no va al colegio.
En muchas partes del país los padres han dejado de llevar a sus hijos al colegio porque no tienen cómo alimentarlos y en casa tienen más probabilidad de que les den un pedazo de pan.
La Iglesia en Venezuela está trabajando día y noche sin cesar para aliviar el sufrimiento de su pueblo. Los sacerdotes, religiosas y misioneros, verdaderos héroes del Señor Jesús que, a pesar de las circunstancias extremas que viven, son testimonios visibles de la caridad, la mano que con amor sirve, acompaña y ayuda a los hermanos y hermanas venezolanos que sufren.
La acción efectiva de la Iglesia solo es posible gracias a miles de personas que, aún estando lejos, apoyan y ayudan en proyectos humanitarios y espirituales desarrollados por los misioneros que actúan por todo el territorio venezolano.
Tu aporte es muy importante, todos los trabajos y proyectos que la Iglesia en Venezuela está llevando a cabo sólo es posible porque tú, así como muchas otras personas, eres sensible a los sufrimientos que actualmente viven los venezolanos.
La ACN, Ayuda a la Iglesia que Sufre, es una fundación católica de derecho pontificio que apoya y ayuda a miles de proyectos humanitarios y espirituales que las comunidades católicas locales desarrollan en favor de los más necesitados.
Sé tú también un donante, apoya a los padres y misioneros que luchan por dar de comer a los niños, testigos y víctimas del hambre en Venezuela.
“Haz el bien mientras aún tengas tiempo.” (San Juan Bosco)
