Venezuela, una crisis que se empeora y un silencio que aumenta.

Venezuela, una crisis que se empeora y un silencio que aumenta.

“Yo que soñaba en ser un oficial de policía, pero abandoné mi sueño cuando el presidente peruano anunció que los venezolanos deben tener pasaportes y visas para ingresar a Perú desde el 15 de junio. Dije, ‘¡no, no moriré aquí, ni mi hija! Esta puede ser mi última oportunidad!”, Adrayami Lara, 22 años.

Venezolanos huyendo hacia Colombia.

Venezuela sigue en caos, no hay trabajo y su población siente el desánimo. Así como Adrayami, muchos se han ido del país en busca de trabajo para poder buscar el sustento de sus seres queridos que se mantienen en Venezuela; muchos venezolanos emigran sin saber si van a regresar y cuál será la vida que llevarán sus seres queridos; en algunos casos emigran sin saber si les encontrarán vivos a su regreso.

La iglesia nunca abandona su pueblo.

Delante de esta situación, la iglesia nunca abandona su pueblo compartiendo en los lugares más vulnerables la misma pobreza, pide ayuda para poder continuar socorriendo los venezolanos víctimas de miseria y abandono de su país; situación que no crearon y de la que no son culpables.

 “Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia”.

Tú también puedes ayudar a llevar esperanza a millones de personas que carecen de una vida digna y sufren diariamente las consecuencias de la crisis de su país.

Haz tu donación para ayudar a religiosos y misioneros que atienden día a día a los más vulnerables en este país.

Que Dios te cubra con sus bendiciones.

¡Quiero ayudar!